May 14 2018

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La rehabilitación energética de edificios - Rehabilitación Passivhaus

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La mejor rehabilitación de un edificio se consigue con el estándar Passivhaus

Está claro que es una afirmación contundente, sin embargo, cada vez hay más argumentos que sustentan este enfoque. La rehabilitación de edificios y casas utilizando el estándar Passivhaus busca fundamentalmente un objetivo: conseguir la eficiencia energética reduciendo al máximo la necesidad de calentar o enfriar el aire utilizando otros medios.

La WWF (World Wildlife Fund, la mayor organización independiente de conservación de la naturaleza) publicó en 2010 un vídeo explicando por qué la rehabilitación utilizando el estándar de eficiencia energética es la acción más responsable que podemos hacer por nuestro planeta a la hora de acometer reformas en edificaciones.

 

Las ventajas de la eficiencia energética

Aunque es un objetivo muy concreto, las consecuencias que tiene tanto para los dueños como para los usuarios tienen un gran impacto que se extiende a largo de décadas.

Para los dueños del edificio, el estándar Passivhaus supone menores costes de mantenimiento, menor cantidad de averías y una mayor duración del propio edificio. Además, a medida que la legislación sobre emisiones de CO₂ y sostenibilidad se vayan haciendo más estrictas. El valor añadido frente a otros edificios no eficientes irá aumentando.

rehabilitación energética de edificios
La rehabilitación energética de un edificio libera de la hipoteca energética.

Para los usuarios del edificio, saber que su vivienda o espacio de trabajo cumple con los estándares Passivhaus. No solo les aporta un aire más limpio, una temperatura naturalmente constante, etc. sino que les libera de una carga que con el paso de los años cada vez será más grande: la hipoteca energética.

Es normal que en la compra de un inmueble se recurra a los bancos para financiar el importe. Este préstamo se realiza en unas condiciones conocidas, previsibles y reguladas. Que permiten saber que se podrá sostener en el tiempo.

Pero el suministro de energía no está regulado y está sujeto a cambios de muy diversa índole, que lo hacen imprevisible.

Tanto el encarecimiento de las materias primas como la búsqueda de beneficios de las empresas que suministran hacen que año a año el importe a pagar por el consumo de energía suba de manera constante.

Es fácil imaginar la potencia del argumento a la hora de presentar un espacio que reduce el consumo de energía en un 90%, no sólo un año, sino a lo largo de todos los años que la edificación se mantenga ocupada.

Esto es incontestable: vivir en una vivienda que cumple el estándar Passivhaus es más barato que vivir en una vivienda que no lo hace.

Sin embargo, la rehabilitación de edificios de acuerdo con el estándar de casa pasiva no puede alcanzar el nivel de eficiencia que tiene un edificio concebido desde sus cimientos para cumplir con la norma energética.

Sótanos, buhardillas, puentes térmicos… son casi imposible de aislar perfectamente para evitar fugas de temperatura.

Aunque la rehabilitación deba tender a eliminar la mayor cantidad de puntos ineficientes. El estándar Passivhaus, consciente de las dificultades, introduce otro factor que es muy importante y que a veces se deja de lado en las discusiones: la rentabilidad.

Passivhaus, por supuesto, prefiere que el aislamiento sea lo más completo posible, pero somete al criterio del arquitecto la relación entre la actuación necesaria y la rentabilidad de la misma.

Es decir, si el esfuerzo económico para acometer una determinada acción es excesivo. Y no se va a poder amortizar ni con el tiempo ni con la venta, no es obligatorio hacerlo. Es preferible centrarse en las partes que si sean rentables.

El único punto en el que el estándar Passivhaus es “inflexible” es en el tema de las humedades.

Dice el estándar:

“Todos los diferentes detalles constructivos y de conexión, sin excepción, deben ser planificados y ejecutados de tal manera que se puedan descartar excesos de humedad en las superficies interiores y/o en los diferentes elementos constructivos. (…)” Ver Fuente: passipedia

Para certificar una rehabilitación de un inmueble, el Instituto Passivhaus ha creado una normativa específica de manera que sea más sencillo.

Para los arquitectos saber en qué punto están en cuanto al cumplimiento del estándar. Esta normativa se llama EnerPHit y tiene unos requerimientos menos exigentes que el estándar Passivhaus aplicados a edificios de nueva construcción.

Existe una versión en castellano (traducida en 2014) en Passipedia que se puede descargar este pdf:

 

cuanto cuesta la rehabilitación energetica de un edificio¿Cuánto cuesta rehabilitar una edificación siguiendo el estándar Passivhaus?

Es la pregunta que a todo el mundo le viene a la cabeza tanto si te trata de nuevos proyectos como rehabilitación. En los casos de casas pasivas lo más honesto es ofrecer la misma respuesta: “Depende”. Suena a evasiva, pero cuando se trata de aislamientos térmicos, hay muchos factores que influyen en los costes. Como el tamaño, la orientación, la ubicación, el clima, etc.

En el caso de la rehabilitación de edificaciones, también hay que tener muchas variables: la superficie a aislar, el número de ventanas, la cantidad de puentes térmicos, etc. Como mencionábamos antes, el trabajo del arquitecto es encontrar el equilibrio entre aislamiento y rentabilidad.

Es decir, no es lo mismo aplicar el estándar Passivhaus a una vivienda o edificio en una zona de moda dentro de una gran ciudad que a un piso en el extrarradio de un pueblo pequeño. Aunque todos se pueden hacer, el posible que el nivel de inversión en el último caso no se justifique porque no se va a recuperar ni con el ahorro energético ni en la venta del inmueble.

Si nos atenemos a los criterios del EnerPHit antes citados, el estándar dice:

“Los edificios que han sido rehabilitados con componentes Passivhaus y, en gran medida, con aislamiento exterior en fachada, pueden alcanzar la certificación EnerPHit como evidencia, tanto de la calidad del edificio como del cumplimiento de los valores de energía específicos. Se aplica la designación EnerPHit+i cuando más del 25 % de la superficie de fachada se rehabilita con aislamiento térmico por el interior.”

Así pues, podemos pensar que el mismo “sobrecoste” que supone construir una casa Passivhaus con respecto a una casa no pasiva -alrededor de un 5%- se puede trasladar a la rehabilitación de una edificación con criterios de eficiencia térmica con respecto a otra que ignore el estándar.

Sin embargo, dados los materiales utilizados en las construcciones en las casas con treinta años o más, es probable que los beneficios a corto, medio y largo plazo superen con creces el gasto extra que supone poner mejores materiales de aislamiento.

Si se reduce la “hipoteca energética” en un 90%. En casas donde hay fugas de calor por todas partes, los ahorros anuales pueden ser astronómicos. Convirtiendo la rehabilitación conforme a Passivhaus la mejor inversión que se puede hacer en la recuperación de las edificaciones.

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